A las 03:34 horas A.M. aproximadamente, mientras todos realizábamos nuestras vidas de manera normal, la madre naturaleza nos recordó que solo estamos de paso sobre este mundo… TERREMOTO 8.8º en la escala de Richter, con Epicentro en el Océano Pacifico frente a las costas de Curanipe y Cobquecura, con una duración de 2 minutos y 45 segundos aproximadamente… (aunque para mi la sensación fue de cómo 15 minutos).
Chiguayante, a esa hora dormía o se mantenía en sus hogares ya que no existe mucha vida nocturna de Pubs o Discoteques como en Concepción.
Vivirlo es diferente a que te lo cuente, esa forma de despertar, escuchando que tu casa literalmente se viene abajo, que todas tus cosas se caen y rompen, ese sonido de la tierra tan particular que se escucha desde las profundidades, y que cuando comienza a menguar el movimiento, comienzan los gritos de los vecinos, o por lo menos recién ahí comienzas a escucharlos. Gracias a Dios solo tuve que lamentar el terremoto y no la muerte, rápidamente junte algunas cosas y desde el sector de Manquimávida me dirigí a casa de mi abuela, mi madre, tíos y suegros, acompañado por mi señora y la radio Bio-Bio que durante el terremoto dejo de transmitir, pero que a los diez minutos salio al aire nuevamente, siendo la única emisora radial que se mantuvo en el aire por tres o cuatro días para mucha gente.
En esas andanzas tuve que visitar completamente a obscuras y solo iluminado por esa enorme luna llena que teníamos esa noche y también por las luces de algunos vehículos menores que comenzaban a circular por calle Manuel Rodríguez, sectores desde calle Manquimávida por Manuel Rodríguez, como la Plaza de Armas en Calle O’Higgins, calle Bolzhauser, Monseñor Emilio Rojas y Pje. 18-A con Hermanas Tarrago en los Altos de Chiguayante, entre otras, y pude apreciar difícilmente la destrucción y los efectos del terremoto, a parte de la gran cantidad de gente que ya a esas horas se encontraba en las calles.
Por mi trabajo, luego de las visitas de rigor, tuve que presentarme al Servicio de Urgencias de Chiguayante en calle Chiguay, en donde a eso de 1 ½ a 2 horas post terremoto la situación era una locura, heridos por todos lados y en el casino los que no pudieron sobrevivir, me puse a trabajar junto a muchos otros que comenzaron a llegar para prestar sus servicios.
Debo mencionar que durante las 2 horas que relate, la tierra no paro de moverse y de vez en vez replicas que bordeaban los 7 a 7.5º Richter, gracias a Dios, lo que ha ido disminuyendo a diez días del terremoto, pero que en esos momentos agregaba tensión extra al desastre.
El día domingo salí a recorrer Chiguayante, para apreciar y registrar con mi cámara la magnitud del terremoto, observando con gran pena lo destruido, pero también agradeciendo, a pesar y con mucho respeto a los chiguayantinos que fallecieron y sus familias, que nuestra querida comuna no presentaba gran cantidad de daños como otras comunas de arquitectura antigua o que fueron afectadas además por el Tsunami, de todas maneras teniendo en claro que esta situación podía ir cambiando con el paso de los días y después que el gobierno y la Municipalidad realice catastros de damnificados y de viviendas.
El video que muestro a continuación, con respeto a las familias y viviendas que se exponen, lo realice para mostrar sectores que tuvieron gran destrucción, debo mencionar que existen otros como Leonera y su Consultorio, los bloques de la Villa Futuro, entre otros que también sufrieron daños de consideración o irreparables en sus estructuras, pero esos sectores en los primeros días eran demasiado peligrosos para ir a fotografiar.
Fuente, maxmorgado.